Preservación de la biodiversidad
Conservación de las razas de pequeños efectivos

 Una diversidad genética excepcional a preservar.

Gracias a su historia y a su geografía, Francia posee una gran variedad de razas de rumiantes y un patrimonio genético de una diversidad excepcional. Cuenta, en particular, con una treintena de razas bovinas autóctonas que representan una gama muy amplia de animales de todos los tipos y de todas las aptitudes.

Sin embargo, la mitad de estas razas casi desaparece con el formidable desarrollo de la agricultura francesa durante la segunda mitad del siglo XX. Se especializaron razas en la producción de carne o de leche, algunas se cruzaron con razas extranjeras o se agruparon entre sí, otras se abandonaron o incluso se prohibieron.

A partir de finales de los años 1960, el riesgo de pérdida definitiva de patrimonio genético es flagrante: algunas razas sólo cuentan con algunas decenas de animales.

 Acciones de conservación lanzadas en los años 1970

Con el apoyo financiero del Ministerio de Agricultura, los primeros programas de conservación se ponen en marcha en 1976 para las razas Bretonne Pie-Noire y Flamande, y luego en 1977 para las razas Villard de Lans y Ferrandaise, que oficialmente ya no existían.

Desde entonces, estos programas de conservación se han desarrollado: ahora conciernen a 15 razas de muy escasos efectivos. La mayoría fueron iniciadas por el Instituto de la Ganadería, autorizado como organismo de selección para 12 de ellas en 2008.

Desde hace más de 30 años, coordina y acompaña las acciones concertadas de la red de protagonistas, sin las cuales estas razas habrían desaparecido: ganaderos y asociaciones de ganaderos, centros de producción de semen, parques y conservatorios regionales, Races de France, INRA, Criobanco Nacional, etc.

 Identificación, localización y caracterización

La identificación, la localización y la caracterización de las razas, de los rebaños y de los animales aún existentes son la base de todos los programas de conservación puestos en marcha desde los años 1970 y 1980.

En la mayoría de las razas identificadas, algunas vacas tenían entonces más de quince años (incluso más de veinte años en algunos casos). Su nacimiento se remontaba a una época en la que estas razas aún no habían experimentado una decadencia y en la que sus efectivos aún tenían cierta importancia.

Por sus orígenes variados, su historia y su edad, las pocas decenas de hembras identificadas en cada una de las razas han podido por sí solas ser una garantía de variabilidad genética y de calidad.

La situación fue más delicada para los machos, conservados menos tiempo que las hembras, o incluso remplazados por la inseminación animal. Para cada raza, sólo eran una pequeña cantidad, pero varios de ellos pudieron recolectarse en centro de inseminación.

Además, se encontró semen congelado para algunas razas que pudieron tener acceso a la inseminación al inicio de la congelación (hacia 1962-63).

 Acciones de terreno y de animación de grupos de ganaderos

Las acciones técnicas de conservación en explotación de las razas de pequeños efectivos consisten en:

  • la actualización del inventario nacional (animales y explotaciones), donde cada vaca y cada toro tienen su importancia para el futuro (principio de exhaustividad).
  • la estimación de la pureza racial y la pertinencia de cada animal con respecto a los objetivos de conservación,
  • la localización de las mejores hembras y la creación con éstas de nuevas generaciones de machos en particular para su semen sea recogido, cuya complementariedad debe permitir garantizar una reproducción normal de la población a largo plazo.
  • la recogida de semen para la constitución y la puesta a disposición a los ganaderos de unas existencias de calidad, importantes y variadas. La elección de los machos se realiza en los tipos tradicionales, de los que se salvaguardan todas las cepas. No hay reorientación de las razas.
  • el seguimiento técnico y la información individual de los ganaderos,
  • la conexión a una red de ganaderos de cada raza, la animación de la dinámica colectiva racial y su representación técnica a nivel nacional.

 Resultados importantes y alentadores

Las 15 razas en su conjunto agrupan solamente a 8 500 vacas adultas pero es 8 veces más que hace 30 años. Con todo, la riqueza de este depósito genético no reside en el número de vacas sino en su diversidad. En efecto, resulta más interesante tener 150 vacas provenientes de 6 cepas genéticas diferentes más que 1 000 individuos genéticamente muy cercanos.

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Cifras clave

  • 15 razas bovinas en programas de conservación
  • 1 341 hembras en 1990
  • 8 509 hembras en 2010
  • 1 207 ganaderías en 2010
  • 424 toros de monta natural
  • 252 toros para inseminación animal