Una biodiversidad notable
Diversidad de las razas bovinas

 Las razas bovinas lecheras

La necesidad de intensificar la producción ha orientado las zonas costeras francesas, una parte de las zonas colinarias adyacentes y algunas regiones de montaña de relieve poco acentuado (Jura, Este del Macizo Central) hacia la especialización lechera. En estas zonas, la Prim’Holstein, y la Montbéliarde en el Este, son las razas que prevalecen con muy altos rendimientos lecheros.

Proveniente de una región herbajera del Noroeste, la Normande combina una producción lechera también notable (tanto por su nivel de lactancia como por la riqueza de su leche) con aptitudes carniceras muy buscadas.

Por otra parte, en cada región, generaciones de ganaderos han contribuido a modelar otros tipos locales de ganado para adaptarlos a sus necesidades, generando así razas sólidamente implantadas en sus regiones respectivas, en constante mejora y diseminadas en otras regiones y países.

Entre las razas de gran formato y altas productoras, se distinguen así la Pie Rouge des Plaines en el Oeste y la Brune en el Centro-Este de Francia.

Dos razas de formato más pequeño de los Alpes del Norte, la Abondance y la Tarentaise, se distinguen por su adaptación a las condiciones de ganadería difíciles: escasas necesidades de mantenimiento, capacidad para valorizar los forrajes burdos y para soportar las incertidumbres climáticas.

Su rusticidad permite en estas condiciones una producción de leche muy satisfactoria, destinada en Francia a la fabricación de quesos de alta calidad.

Entre las razas lecheras, también existe una gama de razas de efectivos actualmente limitados debido a la competencia que sufrieron por parte de razas más productivas. Pero sus efectivos están de nuevo por lo general en vías de aumento gracias a programas de conservación adaptados.

Perduran en el marco de sistemas de crianza que favorecen nuevas formas de manejo: integración en proyectos de desarrollo sostenible y de valorización de terruños específicos, elaboración de productos típicos, etc. Es el caso, en particular, de las razas Bordelaise, Bretonne Pie Noir, Ferrandaise, Froment du Léon, Villard de Lans, etc.

 Las razas bovinas de carne

Desde hace tiempo, los ganaderos franceses han valorizado el patrimonio genético nacional seleccionando razas de bovinos de carne reconocidas entre las mejores del mundo. Estos esfuerzos han permitido implementar programas de selección únicos concernientes a 10 razas, en beneficio de los ganaderos y de las cadenas productivas que las eligen. Actualmente se les utiliza, tanto en raza pura como en cruce.

El ganado francés es reconocido en primer lugar por la calidad de razas bovinas de carne de renombre mundial, como son la Charolaise, la Limousine y la Blonde d’Aquitaine. Antiguas razas de trabajo, originarias de zonas de praderas del centro de Francia, se han especializado progresivamente con éxito en la producción de carne, con fuertes crecimientos y carcasas de excelente calidad.

En plena expansión sobre el conjunto del territorio y en el mundo, estas razas son originarias del este y del norte del Macizo Central (Charolaise), del borde oeste del mismo (Limousine) y de las laderas del Suroeste (Blonde d’Aquitaine).

Actualmente, estas razas se utilizan mucho en todos los grandes países de ganadería a través del mundo por su fuerte crecimiento muscular, tanto en raza pura como en cruce.

Pero otras razas de gran formato también se han especializado en la producción de carne. Ofreciendo carcasas pesadas de muy de buena conformación, estas razas muy competitivas interesan cada vez a más ganaderos por sus aptitudes carniceras: es el caso de la Rouge des Prés (ex Maine-Anjou), de la Parthenaise y de la Bazadaise.

La diversidad de los recursos genéticos existentes en Francia también ha permitido desarrollar y seleccionar, con el mismo rigor y con el mismo éxito, otras razas bovinas de carne con cualidades específicas.

Provenientes del Macizo Central (Salers, Aubrac) y de los Pirineos (Gasconne), regiones de topografía más acentuada y de clima más riguroso, estas razas rusticas han revelado ser particularmente adaptadas a la producción de carne en condiciones de ganadería difíciles (forrajes burdos, variaciones de temperatura, topografía, etc.).

Han sido seleccionadas en particular por sus cualidades maternas (fertilidad, facilidad de parición, aptitud para la lactancia, longevidad, etc.) preservando al mismo tiempo su potencial carnicero.

Estas razas permiten buenos resultados en raza pura, gracias a su capacidad para producir a bajo costo terneros particularmente robustos. También son muy bien valorizados en cruce con toros de razas de fuerte potencial de crecimiento muscular, en particular la raza Charolaise. Estos terneros cruzados son muy apreciados por los engordadores franceses y extranjeros.

Como en el caso de las razas bovinas lecheras, Francia también cuenta con razas con efectivos actualmente limitados pero que se benefician de programas de conservación adaptados: razas Armoricaine, Béarnaise, Casta, Lourdaise, Maraîchine, Mirandaise, Nantaise, Saosnoise, etc.