Razas caprinas
Saanen

 Aptitudes y producción

La Saanen, originaria del valle Suizo de la Saane, se explota sobre todo en el Sureste, el Centro y el Oeste de Francia.

Esta cabra uniformemente blanca es rechoncha, sólidamente estructurada y apacible. Posee muy buenas cualidades lecheras y se adapta muy bien a los distintos sistemas de crianza, en particular intensivos. La ubre está bien fijada y es muy ancha en la parte superior. Los aplomos son correctos y los portes regulares.

Con sus 350.000 cabras, la Saanen representa la segunda raza caprina
francesa con un 40% de los efectivos totales de cabras en control lechero. También es la raza caprina lechera más extendida a través del mundo.

 Selección

El esquema de selección coordinado por Capgènes es común a las razas Alpine y Saanen y tiene por objeto mejorar la calidad y la cantidad de queso producido por cabra, gracias al aumento del contenido de proteína y de grasa por lactación y por cabra.

La base de selección está constituida por las 100.000 hembras en control lechero y con sus genealogías. Cada año aproximadamente se recomiendan 1.000 empadres dirigidos de las mejores cabras de la base de selección con machos cabríos mejoradores en inseminación animal.

Los machos provenientes de estos empadres son controlados y seleccionados para entrar en centro de producción de semen, donde son nuevamente seleccionados según criterios sanitarios y sobre su estado de salud general.

Los machos cabríos restantes pueden entonces ser sometidos a un control de desempeño para definir a los machos más aptos para producir semen congelado, y luego a prueba de progenie para calcular los índices elementales de producción lechera: índice de producción lechera, índice de tasa de proteína (ITP), índice de tasa de grasa (ITB), índice de materias proteicas (IMP), índice de materia grasa (IMG).

En base a su nivel genético, los 30 a 40 mejores machos cabríos se autorizan para la utilización en inseminación. Cada año, se insemina un 45% de las hembras de la base de selección, lo que permite una amplia difusión del progreso genético y aporta a los ganaderos garantías sanitarias y genéticas.

El impacto del programa de selección es visible: desde hace 10 años el progreso genético aporta en promedio 13 kg de leche por lactación y por año, así como un aumento de las tasas proteicas y butíricas de 0,1 g/kg de leche en promedio cada año.

Los empadres dirigidos también tienen en cuenta la variabilidad genética,
en complemento del progreso genético, con el fin de garantizar una eficacia a largo plazo del programa de selección.